Tengo una fascinación por los espacios vacios.
Siento que dicen mucho y a la vez nada.
Vuelvo a disfrutar la fotografía porque si, porque lo amo.
Sin entregarle nada a nadie.
Y entregando absolutamente todo.
El día de ayer haciendo memoria recordé un momento en particular, el 5 de octubre de 2018 fue mi último día laboral en Argentina saqué una foto con el teléfono, un cielo violeta inundaba ese amanecer, y cuando subí esa foto escribí en el pie de imagen: ojalá algún día pueda hacer una mejor que esta (foto).
Al tiempo empecé a jugar con las fotos, todo de casualidad y ni siquiera fue idea mía (gracias @orieta.gnazzo por todo esto) Durante todo este camino disfrute, y lo hice de manera infinita, también toque fondo, quise llevarme al mundo por delante y el mundo me llevo por delante a mi, en julio de 2022 dije llorando que estaba rendido, que había fracasado, me di por vencido en el momento en el que había logrado trabajar en uno de los eventos más grandes de Europa y con quien es para mí uno de los mejores.
Pero la vida me llevo a un pozo de ansiedad, el cual fue muy difícil de superar, pero pude superarlo. Hoy siento que después de toda esa etapa de mi vida lo único que hice fue superarme día a día Y me llegan mensajes de amigxs, conocidxs, y desconocidxs apoyando mi arte. Me toca trabajar codo a codo con gente increíble y que admiro desde antes de haberlos conocido , de las cuales aprendo muchísimo. Estoy orgulloso de no haberme rendido incluso hasta cuando me rendí. Dejo unas cuantas fotos, si son solo algunas de las tantas que saque en todo este camino.
Espero que les guste.
No se rindan y disfruten.